Y al final, aquella vía del tren que creíamos indómita, parece que también quiere virar en el fondo del paisaje, buscando su meta, su próxima estación, su lugar de descanso. Pronto esas paralelas de metal se juntarán en el horizonte, en el punto de fuga y sólo nos quedará imaginar a dónde fueron. Todo tiene un final, todo yace sobre la certeza de que cada cosa que conocemos es temporal. Todo, como este vinilo también acaba. La cuestión es saber cuándo. Inflexiones.