Amanece. El cielo vespertino anuncia la sinfonía de luz que deslumbrará por doquier. Pronto todo lo que es penumbra será una estera de oro. El sol dirá a todos que el nuevo día comienza y cada uno por su parte se pondrá en marcha. Los girasoles tornarán su cuello, los pájaros acompañarán con su canto y cada uno de nosotros sabrá lo que debe hacer. Comienza el nuevo día y hasta el agua del río corre con más fuerza. Amanece sin falta, como todos los días. Amanece sin que nadie pueda evitarlo, por suerte.